Las escuelas enseñan patriotismo, todo el tiempo, pero mucha gente piensa que esto es una mala idea. Los rituales patrióticos pueden transmitir los valores fuera de lugar y con matiz jerárquica, ya que pueden coaccionar la conciencia, y pueden promover un tipo peligroso de homogeneidad acrítica. Por otro lado, parece difícil motivar a los sacrificios de interés para el bien común sin emoción patriótica. La profesora Nussbaum sostiene que hay una manera de negociar estas dificultades con la enseñanza de un tipo de patriotismo que se basa en los buenos valores, la protección de la conciencia y en sintonía con el pensamiento crítico y el disentimiento.
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