El Tribunal Europeo de Derechos Humanos da la razón a Italia sobre los crucifijos en las escuelas


Estrasburgo sentencia que el crucifijo en las aulas no viola el derecho a la libertad de religión

EFE

Estrasburgo

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos rectificó su sentencia de noviembre de 2009, al fallar que la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas no viola el derecho a la educación ni la libertad de pensamiento y religión.
• Considera el crucifijo un símbolo "esencialmente pasivo"
• Dar mayor visibilidad al Cristianismo "no supone adoctrinamiento"
• En 2009 dictó sentencia a favor de la retirada

El Tribunal de Estrasburgo o Corte Europea de los Derechos Humanos ha declarado, con 15 votos a favor y 2 en contra, que la presencia de los crucifijos en las aulas no constituye "una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y de "la libertad de religión de los alumnos" ya que "no subsisten elementos que puedan probar que el crucifijo influye eventualmente en los alumnos".

Así, la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha rectificado su sentencia de noviembre de 2009, en la que se opuso a la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas.

Según la sentencia, "un crucifijo colgado de una pared es un símbolo esencialmente pasivo, cuya influencia sobre los alumnos no puede ser comparada a un discurso didáctico o a la participación en actividades religiosas".

"La religión mayoritaria tiene una visión preponderante"

Añade el texto que la presencia de los crucifijos no está asociada a una enseñanza obligatoria del cristianismo y "nada indica que las autoridades se muestren intolerantes hacia los alumnos de otras religiones, no creyentes o de otras convicciones filosóficas".

La sentencia señala que Italia "da a la religión mayoritaria del país una visibilidad preponderante en el ámbito escolar", que no supone un "acto de adoctrinamiento" ni una violación (del artículo 2 del protocolo 1) del derecho a la Educación del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Soile Lautsi, una ciudadana italiana residente en una localidad cercana a Venecia, presentó su demanda en Estrasburgo el 27 de julio de 2006, en la que se quejaba de la presencia de crucifijos en las aulas del instituto público en el que estudiaban sus dos hijos.

En 2009 el mismo tribunal apoyó la retirada

Defensora del principio de secularidad, Lautsi había llevado sin éxito su reclamación ante diversas instancias judiciales italianas.

El Consejo de Estado consideró entonces el crucifijo como "uno de los valores seculares de la Constitución italiana".

La citada sentencia del tribunal de Estrasburgo de noviembre de 2009 apoyó a Lautsi, al afirmar que "el Estado debía de abstenerse de imponer creencias, incluso indirectamente, en lugares con personas a su cargo o particularmente vulnerables".

Ahora, la Gran Sala ha enmendado esa sentencia y aunque ve "comprensible" que la demandante vea en la presencia de los crucifijos "una falta de respeto del Estado a su derecho de asegurar la educación", estima que esa "percepción subjetiva" no supone una violación.

Italia ve en el crucifijo un "sentimiento popular"

Los dos jueces de Gran Sala que han votado en contra emitieron una opinión disidente de la sentencia al defender una "estricta neutralidad del Estado en la enseñanza pública".

En la lectura de la conclusión de la sentencia de la Gran Sala del Tribunal, realizada por su presidente, el juez francés Jean-Paul Costa, han estado presentes los representantes ante el Consejo de Europa de los países que han apoyado a Italia.

Esos Estados (Armenia, Bulgaria, Chipre, Rusia, Grecia, Lituania, Malta, San Marino y la Santa Sede) estuvieron presentes en la vista celebrada el año pasado, en la que el representante italiano dijo que el crucifijo representa "el sentimiento popular italiano".

La defensa de la demandante argumentó en la vista que la presencia de los crucifijos en las escuelas públicas italianas suponía "la tiranía de la mayoría, que no protege a las minorías".

Aforo completo en la sala ante la expectación generada

La sala de vistas de la sede estrasburguesa del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha presentado este viernes un aforo completo, algo poco habitual en las lecturas de sentencias de Gran Sala, ante la expectación generada.

El Tribunal de Estrasburgo tiene que examinar próximamente otro asunto relacionado con los símbolos religiosos: la demanda contra Suiza por la convocatoria del referéndum sobre la construcción de nuevos minaretes en el país.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos da la razón a Italia sobre los crucifijos en las escuelas

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos rectificó su sentencia de noviembre de 2009, al fallar que la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas no viola el derecho a la educación ni la libertad de pensamiento y religión.

La nueva sentencia, señala que Italia no infringe el Convenio Europeo de Derechos Humanos y actúa dentro de los límites en el ejercicio de sus funciones en el terreno de la enseñanza, al mantener los crucifijos en las escuelas públicas.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos da la razón a Italia sobre los crucifijos en las escuelas.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos rectificó que la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas no viola el derecho a la educación ni la libertad de pensamiento y religión.

Su decisión, firme e inapelable, salió adelante con 15 votos a favor y dos en contra, y señala que Italia no infringe el Convenio Europeo de Derechos Humanos y actúa dentro de los límites en el ejercicio de sus funciones en el terreno de la enseñanza, al mantener los crucifijos en las escuelas públicas.

La demanda contra Italia fue presentada en Estrasburgo en julio de 2006 por Soile Lautsi, una ciudadana italiana residente en Abano Terme (a 55 kilómetros de Venecia) que se había quejado de la exhibición de crucifijos en las aulas del instituto donde estudiaban sus dos hijos.

La primera sentencia de la Sala del Tribunal de Estrasburgo apoyó a la demandante por considerar que la presencia del crucifijo en las aulas públicas "podría interpretarse fácilmente por alumnos de todas las edades como un signo religioso", que podría resultar "molesto" para los practicantes de otras religiones o los ateos.

Los 17 jueces de la Gran Sala del Tribunal entendieron hoy en cambio que la "percepción subjetiva" de la demandante acerca del "derecho del Estado a asegurar la educación y la enseñanza de sus hijos conforme a sus convicciones filosóficas" no supone una violación del citado Convenio.

La sentencia constata también que aunque las autoridades italianas "dan a la religión mayoritaria del país una visibilidad preponderante en el ámbito escolar", eso no supone tampoco una violación del Convenio.

"Un crucifijo colgado de una pared es un símbolo esencialmente pasivo, cuya influencia sobre los alumnos no puede ser comparada a un discurso didáctico o a la participación en actividades religiosas", dijo el texto de la sentencia.

El Vaticano considera "histórica" la sentencia sobre el crucifijo

El Vaticano acogió con "satisfacción" la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de que la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas no viola el derecho a la educación ni la libertad de pensamiento y religión.

"La sentencia del Tribunal Europeo es acogida con satisfacción por la Santa Sede. Se trata de una sentencia muy trabajada y que hace historia", declaró el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Lombardi añadió que la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos "ha dado la vuelta bajo todos los perfiles" a la sentencia de primer grado.

Italia ve en la sentencia del crucifijo una "gran victoria" de su identidad cultural

La ministra italiana de Educación, Mariastella Gelmini, dijo hoy tras conocer la sentencia favorable al crucifijo en las escuelas de Italia, que "se trata de una gran victoria para la defensa de un símbolo irrenunciable de la historia y de la identidad cultural de nuestro país".

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos rectificó hoy su sentencia de noviembre de 2009, al fallar que la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas no viola el derecho a la educación ni la libertad de pensamiento y religión.

"Siento una profunda satisfacción por el pronunciamiento en el que se reconoce gran parte del pueblo italiano", agregó Gelmini.

El crucifijo -añadió- "sintetiza los valores del cristianismo, los principios sobre los que se apoya la cultura europea y la propia civilización occidental: el respeto de la dignidad de la persona humana y de su libertad".

"Es un símbolo, pues, que no divide sino que une, y su presencia, también en las escuelas, no representa una amenaza para el laicismo del Estado, ni para la libertada religiosa", concluyó Gelmini.

El ministro de Exteriores, Franco Frattini, que compareció ante los medios tras un Consejo de Ministros extraordinario, subrayó: "Hoy ha vencido el sentimiento popular de Europa", en referencia a la sentencia que absuelve a Italia.

Frattini añadió que con esta sentencia se revaloriza la "historia y la identidad de los países europeos" y que se trata de la "primera señal después de mucho tiempo del despertar de Europa que, en el pasado, se ha mostrado lejana del verdadero sentir de los ciudadanos europeos".

Asimismo, el ministro consideró que la sentencia conocida hoy es "una respuesta importante a quien creía que el debate sobre la identidad cristiana estaba totalmente enterrado".

En esta misma línea se expresó el ministro de Justicia, Angelino Alfano, quien aseguró que "la cristiandad forma parte de la identidad de Europa y, detrás del crucifijo, se encuentra el reconocimiento de todos los derechos humanos".

Por su parte, el subsecretario del Gobierno, Gianni Letta, en rueda de prensa, consideró que "Italia ha dado un ejemplo de coherencia y de cohesión".

Para Antonio Mazzocchi, diputado del gubernamental Pueblo de la Libertad y presidente de los Cristianos Reformistas, "la sentencia es una victoria para millones de italianos, cristianos o no, que se han batido estos últimos meses para resaltar la importancia y el valor cultural de este símbolo de la cristiandad".

También el Partido Demócrata, el principal de la oposición, manifestó su satisfacción a través del presidente de la provincia de Roma, Nicola Zingaretti, quien indicó en una nota que la Corte de Estrasburgo ha querido testimoniar "la importancia que tienen que tener las tradiciones culturales y religiosas de una comunidad milenaria como la nuestra".

El crucifijo es "un signo de fe para quien cree y no representa un símbolo de división", añadió.

El Vaticano considera "histórica" la sentencia sobre el crucifijo

El Vaticano acogió con "satisfacción" la sentencia "histórica" del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que falló que la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas no viola el derecho a la educación ni la libertad de pensamiento y religión.

"La sentencia del Tribunal Europeo es acogida con satisfacción por la Santa Sede. Se trata de una sentencia muy trabajada y que hace historia, como demuestra el resultado al que ha llegado la Gran Sala al término de un examen profundo del tema", informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Lombardi añadió que la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos "ha dado la vuelta" a la primera sentencia, recurrida por Italia, con el apoyo de numerosos estados europeos y muchas organizaciones no gubernamentales, en "lo que fue expresión del amplio sentir de la población".

El portavoz de la Santa Sede agregó que la sentencia reconoce a un alto nivel jurídico e internacional que la cultura de los derechos del hombre "no debe ser puesta en contradicción con los fundamentos religiosos de la civilización europea, a la que el cristianismo ha dado una contribución esencial".

"Se reconoce que, siguiendo el principio de subsidiariedad, es necesario garantizar a todos los países un margen de actuación sobre el valor de los símbolos religiosos de sus propia cultura e identidad nacional, así como al lugar de su exposición", agregó Lombardi.

El Tribunal dice que la exposición del crucifijo "no es un adoctrinamiento, sino la expresión de la identidad cultural y religiosa de los países de tradición cristiana", subrayó el portavoz de la Santa Sede.

El Vaticano, añadió su portavoz, da también "la bienvenida" a la sentencia de la Gran Sala porque contribuye "eficazmente a restablecer la confianza" en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos para una gran parte de los europeos.

El Vaticano siempre ha considerado que el crucifijo es un signo "de ofrecimiento del amor de Dios y de unión y acogida para toda la humanidad" y jamás un signo de división, de exclusión o de limitación de la libertad, añadió.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos rectifica a favor de Italia sobre los crucifijos en aulas públicas

La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos rectificó hoy su sentencia de noviembre de 2009, en la que se opuso a la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas, al dictar que esa exhibición no viola el derecho a la educación y la libertad de pensamiento y religión.

La nueva sentencia fue apoyada por 15 de los 17 jueces de la Gran Sala del Tribunal; el juez suizo, Giorgo Malinverni, y la búlgara, Zdravka Kalaydjieva, votaron en contra.

El texto señala que al mantener los crucifijos en las aulas "las autoridades han actuado dentro del margen de apreciación" en el marco de su obligación de respetar el derecho de los padres a asegurar la educación de acuerdo a sus convicciones religiosas.

Según la sentencia, "un crucifijo colgado de una pared es un símbolo esencialmente pasivo, cuya influencia sobre los alumnos no puede ser comparada a un discurso didáctico o a la participación en actividades religiosas".

Añade el texto que la presencia de los crucifijos no está asociada a una enseñanza obligatoria del cristianismo y "nada indica que las autoridades se muestren intolerantes hacia los alumnos de otras religiones, no creyentes o de otras convicciones filosóficas".

La sentencia señala que Italia "da a la religión mayoritaria del país una visibilidad preponderante en el ámbito escolar", que no supone un "acto de adoctrinamiento" ni una violación (del artículo 2 del protocolo 1) del derecho a la Educación del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Soile Lautsi, una ciudadana italiana residente en una localidad cercana a Venecia, presentó su demanda en Estrasburgo el 27 de julio de 2006, en la que se quejaba de la presencia de crucifijos en las aulas del instituto público en el que estudiaban sus dos hijos.

Defensora del principio de secularidad, Lautsi había llevado sin éxito su reclamación ante diversas instancias judiciales italianas.

El Consejo de Estado consideró entonces el crucifijo como "uno de los valores seculares de la Constitución italiana".

La citada sentencia del tribunal de Estrasburgo de noviembre de 2009 apoyó a Lautsi, al afirmar que "el Estado debía de abstenerse de imponer creencias, incluso indirectamente, en lugares con personas a su cargo o particularmente vulnerables".

Ahora, la Gran Sala ha enmendado esa sentencia y aunque ve "comprensible" que la demandante vea en la presencia de los crucifijos "una falta de respeto del Estado a su derecho de asegurar la educación", estima que esa "percepción subjetiva" no supone una violación.

Los dos jueces de Gran Sala que han votado en contra emitieron una opinión disidente de la sentencia al defender una "estricta neutralidad del Estado en la enseñanza pública".

En la lectura de la conclusión de la sentencia de la Gran Sala del Tribunal, realizada por su presidente, el juez francés Jean-Paul Costa, han estado presentes los representantes ante el Consejo de Europa de los países que han apoyado a Italia.

Esos Estados (Armenia, Bulgaria, Chipre, Rusia, Grecia, Lituania, Malta, San Marino y la Santa Sede) estuvieron presentes en la vista celebrada el año pasado, en la que el representante italiano dijo que el crucifijo representa "el sentimiento popular italiano".

La defensa de la demandante argumentó en la vista que la presencia de los crucifijos en las escuelas públicas italianas suponía "la tiranía de la mayoría, que no protege a las minorías".

La sala de vistas de la sede estrasburguesa del Tribunal Europeo de Derechos Humanos presentó hoy un aforo completo, algo poco habitual en las lecturas de sentencias de Gran Sala, ante la expectación generada.

El Tribunal de Estrasburgo tiene que examinar próximamente otro asunto relacionado con los símbolos religiosos: la demanda contra Suiza por la convocatoria del referéndum sobre la construcción de nuevos minaretes en el país.

A continuación la audiencia:


Sentencia:

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