Según G. Shabbir Cheema, para que los gobiernos respondan a las
exigencias de la justicia social, deben reinventarse, es decir, reinventar sus estructuras y procesos.
Se trata de combinar la teoría con la práctica a fin de que los gobernantes
emprendan las estrategias más expeditas que faciliten la creación de las
estructuras y procesos necesarios para aumentar la capacidad del Estado para el
cumplimiento de los objetivos de la justicia social, con lo cual se logra,
además, el afianzamiento de la gobernanza democrática. La gobernanza democrática es la gama de procesos a través de los cuales una sociedad llega a
un consenso e implementa regulaciones, derechos humanos, leyes, políticas
y estructuras –en la búsqueda de la justicia, el bienestar y la protección
del medio ambiente–. Las políticas y leyes se llevan a cabo por muchas
instituciones: el legislativo, el poder judicial, rama ejecutiva, los partidos
políticos, el sector privado, etc. Por su parte, la gobernabilidad democrática pone en primer plano la cuestión de cómo
una sociedad se organiza para garantizar la igualdad (de oportunidades) y la equidad
(justicia social y económica) para todos los ciudadanos.
La implemenatación de un verdadero marco
de justicia distributiva, que brinde las herramientas para la superación de las
desigualdades, de la dependencia, hacia un verdadero objetivo orientado a la
creación de capacidades en la ciudadanía, y su participación dentro de la sociedad, deberá tener en cuenta el
contexto, la diversidad humana, las desigualdades de ingresos y activos, el
papel de los medios de comunicación para el logro de este objetivo, la cultura
y la religión, el nivel de estudios y el acceso a una verdadera gama de
oportunidades.
G. Shabbir Cheema resalta que los aspectos relativos a los debates
electorales y el papel de los organismos electorales, el acceso a la justicia,
las normas sobre derechos humanos y su aplicación, la descentralización y la
capacidad de la administración local, las estrategias de transparencia y lucha
contra la corrupción, los procesos legislativos, el papel de la sociedad civil y
los medios de comunicación, juegan un papel central cuyo afianzamiento
garantiza el logro de una verdadera justicia social, para lo cual deben
emprenderse las reformas necesarias, tanto estructurales como sustanciales.
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