Ante las difíciles circunstancias que vive la ciudadanía chilena frente al reciente terremoto de 8.8 grados en escala de Richter , todas las Naciones del Mundo están llamadas a la solidaridad.
El presidente de la Asamblea General de la ONU, el libio Ali Treki, hizo un llamamiento a la comunidad internacional a desplegar "todos los esfuerzos posibles para asistir con urgencia a Chile después de la catástrofe".
La Comisión Europea (CE) anunció que está en disposición de destinar 3 millones de euros para ayudar a hacer frente a las necesidades más urgentes y a "hacer todo lo que sea necesario para ayudar a las autoridades chilenas en este difícil trance".
El terremoto, de una magnitud de 8,8 grados Richter, según instituciones de EE.UU, y de 8,3, según Chile, sacudió el centro y sur de ese país a las 06.36 GMT, con el resultado de al menos 147 muertos y 15 desaparecidos, según el último informe oficial, y cuantiosos daños materiales.
Además, generó un "tsunami" en el Pacífico, que causó al menos tres muertos en el archipiélago chileno de Juan Fernández, por lo que en los países americanos ribereños de ese océano hay vigentes alertas de distintos niveles y medidas preventivas.
Treki envió sus condolencias al Gobierno y al pueblo chileno, al igual que poco antes hizo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien "sigue muy de cerca la evolución de los acontecimientos", señaló el portavoz de Naciones Unidas, Martin Nesirky, en un comunicado de prensa.
El sistema de Naciones Unidas, a través de su Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), está a la espera de ofrecer asistencia rápida al Gobierno y al pueblo chilenos.
Los países latinoamericanos fueron, junto a EE.UU., la Unión Europea (UE) y la ONU, los primeros en dar muestras de solidaridad con Chile, como hicieron con Haití, tras el sísmo de 7 grados del 12 de enero que devastó la capital haitiana y causó entre 200.000 y 300.000 muertos.
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